JUSTICIAS
¡Hijuepucha! ¡No lo había pensado! Claro: si esa era la sorpresa que me tenía la Gertrudis, dizque con tanto misterio y que me pusiera el pantalón que me había regalado y que nos veíamos hoy domingo, que no por la mañana, que por la tardecita, que pídale un tiempo al patrón, que mire que no haya naiden, y ella va sacando semejante viajadón de oro de una bolsa negra. Eso fue detrás de un alcaparro pero sin escondernos lo suficiente porque ella es como mensa, y va y me muestra tuitícas las joyas que se había sacado; eso sí hasta pilas porque no se las sacó a la patrona sino que fue en una visita que hicieron a la casa de los Archundias, y como estaban de fiesta, pos qué se iban a fijar. Ni en siquiera sospecharán quién se las sacó. Yo sí me fui poniendo contento porque al fin Gertrudis estaba espabilando, amarrándose las enaguas y mostrando que es toda una Robayo. Pues cómo no que yo sí le fui diciendo: cuidadíto con irse de bocotas que donde le diga a alguien nos vamos es pa´l fondo del hueco con todo y planes.
Lo que hicimos fue llevarnos esos cachivaches a donde el tuerto, aunque de tuerto no tiene nada pero le dicen así porque siempre que mira algo de oro cierra un ojo como si se pudiera ver mejor. Gertrudis estaba desconfiada pero es que ella es así: tanto que todavía me agarra las manos para pasar la avenida. Yo me le río y a veces salgo a correr antes de que ella me coja y entonces ella corre detrás de mí. A veces hago pitar a los carros y les echo su madrazo si se ponen a gritar por la ventana. Yo no me dejo de nadie y menos de esos niñosricos que se creen mucho porque dan propina o porque tienen finca y caballos. Más de una vez me ha tocado llevar un encargo del patrón y me pican la lengua para que yo los insulte. Pues se lo ganan porque yo no me corro y si me toca peliar nos damos. Lo malo es que esos sapos le dicen al patrón y me castiga, casi siempre me casca pero hay veces que no me da mi almuerzo y ahí si no se puede. Cuando eso busco a mi hermana que siempre está lavando o ayudando en la cocina y me consigue algo, aunque esa no sabe nada y casi no ayuda a juntar la plata que tenemos que llevarle a mi papá pa´ que no siga pasando frío. Es que ella todavía es chiquita y no entiende y cree que es que con eso lo vamos a sacar, pero yo sí sé que lo tienen por muchos años y que se necesita un bogado de esos para que le dé permiso de salir.
El tuerto me dijo que la otra semana nos tenía la plata de las joyas aunque dijo que eso no era oro y que hay que aprender a robar. Yo ya vi donde guarda el patrón los billetes pero es que él tiene un rejo muy duro pa´montar y yo no quiero que me lo estrene en las costillas. Toca que esperar que se dé la oportunidad así que, chuchito: yo veré. Me ayuda. Nombre del padre del hijo y el espíritusanto amén.
LAMC
Como objetivo se buscó usar el lenguaje coloquial de un sector rural de hace unos años, sin permitir que se conociera la identidad del narrador hasta bien avanzado el relato. El tuerto no tiene voz porque no cabe un diálogo en el relato, pero parece ser muy interesante para explorar.