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LO ESENCIAL PARA TU VENTA

Volviendo a los viernes de publicación, retomamos el rumbo con un texto que describe dos personajes en una sola situación.


El timbre de la puerta sonó insistente para ser las tres de la tarde. Rosa abrió la puerta y en el mismo instante que lo vio, comprendió no que debía haber abierto. Ahora sería muy descortés cerrar sin cruzar unas palabras.

La primera venta es la más difícil, dicen algunos. Por su parte, el señor Hidalgo piensa que todas las ventas tienen un grado de dificultad, aunque siempre hay forma de conseguirlas, sin importar el producto, el cliente o el vendedor. Lo único importante es saber mover los hilos. Ese es su trabajo.

La puerta se abrió con desgano. Detrás, una mujer frunció el ceño dando clara señal de que era el momento de actuar: dos segundos antes de volver a enfrentarse a la puerta cerrada.

- Muy buenos días mi señora, casi que no doy con la dirección, este barrio tiene algunas calles cerradas, ¿las están arreglando?, el gobierno debería preocuparse por nosotros no solamente en época de elecciones, ¿no cree?, aunque en últimas uno es el único que se preocupa; uno y la familia, que son los que siempre están, los que nos cuidan y por supuesto, a los que hay que cuidar, ¿no cree?

- Eh… sí…

- Tantos peligros de hoy día: los accidentes, las enfermedades, LA INSEGURIDAD, y qué poco hacen las autoridades realmente, estamos desamparados, ya ni en la casa, claro que en la casa tenemos otros peligros: las cortadas, las caídas, LOS ACCIDENTES, no podemos estar protegidos de todo porque ni siquiera conocemos algunos de los peligros, ¿o sí?, si me permite le voy a demostrar que en nuestra casa, en nuestra propia cocina, corremos el riesgo de morir así, súbitamente, sin darnos cuenta que el veneno está en el agua, ¿ustedes toman agua de la llave?, por supuesto que el gobierno nos tiene convencidos de que usa los impuestos para purificarla pero, respóndame una cosa: ¿por qué siguen vendiendo garrafones? Y dígame: ¿quién los compra? Los ricos, exacto. Saben que no pueden arriesgarse, Conocen las peligrosas bacterias, Los daños que hacen LOS MICROORGANISMOS. Usted dirá: aquí hervimos el agua, bien, eso está bien, es necesario, pero no suficiente. Al agua hay que tratarla de otros contaminantes que no están vivos: residuos, partículas, QUÍMICOS que generan el 60% de las enfermedades que vienen del agua: metahemoglobinemia, fluorosis endémica, GASTROENTERITIS. Dígame: ¿Le gustaría evitar estos problemas para su familia?

- Sí, pero señor... 

- Ya sé: usted no se puede permitir comprar garrafones y garrafones de agua. No se preocupe que yo también soy empleado, yo sé lo que tenemos que pasar para darle lo básico a nuestra familia; por eso traigo una solución novedosa, fruto del ingenio de los más prestigiosos científicos rusos que han decidido compartir su secreto sin costo para la humanidad, el comunismo, usted sabe, así que permítase conocer el nuevo Aqualizer®, que funciona con corriente eléctrica de 110/220v, y produce treinta litros de agua ozonizada, tamizada y REGULADA, tan natural que no interviene en el sabor de los alimentos. Yo lo voy armando para que vea lo fácil que se instala.

El hombre no percibió la desfiguración que sufría el rostro de Rosa, que congelaba sus músculos faciales reflejando rabia, miedo y tristeza en una mueca que parecía de una rabieta infantil.
El silencio momentáneo se rompió con el llanto desbordado de la mujer. No se giró ni se cubrió, ni le importó ser imprudente o que sus lamentos sonaran a gemido de espectro. 

- Señora: cálmese, tranquila, respire, déjeme entregarle este vaso de agua limpia, clara, RELAJANTE…

El golpe de los tres dedos extendidos contra la mejilla perfectamente afeitada del señor Hidalgo no produjo un gran sonido, pero fue tan contundente como para que él no deseara ninguna explicación. Ofendido en su ser, metió el Aqualizer® en su maletín y se alejó sin volver la vista.

Rosa cerró la puerta despacio, manteniendo un llanto silencioso que le levantaba los hombros mientras respiraba. Pronto recordó que era hora de visitar al niño, como todos los días desde que lo habían internado en el hospital. Se limpió las lágrimas con delicadeza pensando ocultarlas bajo una espesa capa de maquillaje.

A pesar de la desfachatez y la grosería de la anterior clienta, el señor Hidalgo respiraba profundo buscando que la respiración le devolviera su buen humor. Aún no eran las cuatro de la tarde. El show debía continuar.

- Muy buenos días mi señora, casi que no doy con la dirección…




Como puede notarse, he tenido dificultades con el título como en anteriores relatos. ¿Se te ocurre algún título mejor? Compártelo con nosotros y déjanos tu opinión del actual.