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FUGA


Bueno, después de devanar las ideas, hilvanarlas, desmembrarlas, magullarlas y desmenuzarlas, el reto de las sesenta palabras sufrió un giro que delimitó las posibilidades: quedó establecido que el tema sería la felicidad.



Termina la clase y todos los alumnos la aplauden. Sonríe cansada y vuelve a su casa, sola, como siempre. Se sirve té y se sienta a escuchar canciones de su tierra: cuando le hablaron de la fuga de cerebros, nunca le hablaron de las añoranzas del corazón.



Creo que entre menos palabras se usan es más difícil construir una historia. ¿Lo has intentado? Comparte con nosotros todas tus historias de 60 palabras o menos. Esperamos tus comentarios.